El Perú eres tú
El Perú soy yo
El Perú somos todos
Uno de los órdenes del amor es el sentido de la pertenencia. Es decir, tenemos un origen y formamos parte un sistema familiar, social, de trabajo y de una nación. Y en nuestro querido Perú, ¿incluimos a todos en todo momento? ¿Tenemos claro cuándo realmente nacimos? Hagamos un poco de historia.
Todos los años celebramos el 28 de julio como el día de nuestra independencia de la corona española. En realidad, ese día el general San Martín leyó el acta redactada en Lima el 15 de Julio de 1821, que fue una de muchas que se leyeron en otras ciudades y en otras fechas. En esos días la ciudad de Lima estaba ocupada por tropas libertadoras, las mismas que estaban conformadas en gran medida por americanos nacidos en lo que es hoy es Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela y muy pocos eran del virreinato del Perú. Las tropas realistas españolas estaban formadas sobre todo por mestizos- castizos, gente nacida en lo que es hoy territorio peruano.
También sabemos que el acta de rendición de la corona española se firma después de vencerlos en la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, día donde se sella la independencia del Perú.
Entonces, para darnos el lugar que nos corresponde nos deberíamos preguntar ¿Cuándo nacimos? ¿Con las actas de intención de independencia o con la rendición en Ayacucho? ¿Cuál es entonces nuestra fecha de independencia?
Imaginemos el nacimiento de una nación como un embarazo. Se fueron gestando las ideas, se fue cuidando su nacimiento, se fueron leyendo proclamas de independencia hasta nacer con la derrota de la corona española en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, y se cortó el cordón umbilical, marcando la verdadera separación. Ahí nació el Perú como nación, con un territorio, con unos habitantes de diferentes culturas que se forjaron a lo largo de muchos siglos, tanto en América como en otros continentes.
Las ideas de independencia se venían gestado, y ya se habían creado varios países en América; solo faltaba el Virreinato del Perú.
Entonces tal como vemos, somos prematuros y no consideramos realmente cuándo nacimos. Excluimos y no le damos el valor que realmente tiene la batalla de Ayacucho. Muchos de los problemas sociales, culturales y económicos tienen que ver mucho con esta exclusión y se manifiesta mucho con la falta de identidad, con el sentido de pertenencia, con el reclamo constante de ser vistos y ser considerados.
Si comenzamos a ser conscientes de lo importante que es incluir a todos, a pesar de las diferencias, podremos generar una cadena de reconciliación con aquellos que no fueron reconocidos como verdaderos vencedores de la independencia. Dar a cada uno el lugar que nos corresponde ayuda al equilibrio. Aceptar a cada quien, tal como es, nos integra.
Cada uno de nosotros forma parte de este territorio, somos parte importante de este sistema llamado Perú. Toma el lugar que te corresponde e integra y acepta a quien es diferente a ti.
Luzencia